lunes, 30 de diciembre de 2013

La escucha activa y el pollo de corral de Villamanín

La escucha activa es una herramienta muy importante para mediar en cualquier conflicto. Sirve para empatizar y comprender mejor a las partes implicadas.

Se requiere de una actitud personal de ponerse en el lugar de la otra persona para poder comprender lo que está diciendo y lo que está sintiendo.

Deberá demostrar comprensión y aceptación mediante el uso de un tono de voz suave, una expresión facial y unos gestos acogedores así como establecer un contacto visual y una postura corporal receptiva.

Es una técnica genial para eventos navideños pues te sirve para aprender de tu compañero de mesa, que con la mejor ilusión del mundo y ganas de agradar, te inicia un tema que en principio te puede resultar tedioso y para echarte a temblar y que luego al cabo de una hora puedes llegar incluso a apreciar a la persona que te lo cuenta y ser un forofo de lo que te ha contado.

En la cena de Navidad tuve la ocasión de ponerla en práctica con mi compañero de mesa, el siempre atento, educado y buen conversador José Angel. Durante una hora y media pude recrearme, situarme, acomodarme, dormirme, atender, imaginarme todo lo que se puede saber de los pollos de corral de Ezequiel en Villamanín Nunca he aprendido tanto de pollos y nunca se me olvidará esa noche. 




Consejo mediador: Sólo entiendes a alguien cuando caminas con sus zapatos.

8 comentarios:

Luis S dijo...

Que difícil es escuchar

Marta dijo...

Enhorabuena por el artículo

Marta dijo...

Pero aplícate lo de la escucha activa , que no dejas a hablar a nadie, ja ja

Santi dijo...

Pobre del que esté a tu lado ,,ese ni con escucha activa ni pasiva, acaba mareado

Ana García dijo...

Quien aprende a escuchar y no sólo a oír se ilusiona cada día con cualquier conversación y eso es un logro al que todos podemos aspirar.

Alfonso C. dijo...

¿Dónde se enseña a escuchar ? Deberiamos ser más humildes y hablar menos, el silencio también es arte de dificil aplicación

Laura Hernández dijo...

Para opinar hay que ver, escuchar y pensar lo que se va a decir, sólo entonces estaremos seguro de nuestra decisión.

Anónimo dijo...

En el arte de escuchar está la virtud de saber comunicar que no es lo mismo que hablar